Los jóvenes... ¿De verdad nos interesan?

23.12.2019

Ma. Del Rocío Avila Assad 


Pregunta dirigida a la sociedad mexicana: En la actualidad: ¿En qué estamos fallando como sociedad, plagada de jóvenes agresivos y violentos?

Es de entenderse que los valores y la forma de percibir el mundo se van modificando a través del tiempo, al igual que el ser humano, sujeto a un proceso de evolución. Es curioso y triste a la vez, el observar y enterarse en las notas rojas sobre la agresividad y violencia que imperan en muchos de nuestros jóvenes mexicanos. Muchos inmiscuidos a edades muy tempranas en problemas de alcoholismo o que ya han probado cuando menos algún tipo de droga. En escuelas secundarias y preparatorias e inclusive en universidades particulares y públicas, vemos caras apáticas e indiferentes en los estudiantes, como si el único propósito de acudir a las aulas fuera el darle gusto a sus padres, o por obligación. Me pregunto: ¿Cuántos de ellos llegarán a ser delincuentes, secuestradores, violadores o pertenecer a alguna red de trata o de narcos?.

Existen otros, que padecen el "vacío existencial", que experimentan un sinsentido en sus vidas, al ser presas de la depresión, desgraciadamente terminan por suicidarse.

Me parece que parte de la responsabilidad de todas esas manifestaciones de conductas insatisfechas y patológicas radica en una deficiente educación por parte de nosotros los adultos, ya que es incompleta, porque cojea, porque falta la congruencia de nuestro ejemplo y modelaje, en la práctica, es decir; nos falta hacer vida nuestros valores morales y espirituales.

Este mensaje es una invitación propositiva para generar un cambio que se origine primero en nuestra propia persona. En rescatar los valores morales y espirituales, siendo congruentes en nuestra vida cotidiana. Practicar y dar ejemplo de valores como la "responsabilidad" y la "honestidad", pilares universales que traspasan el tiempo en cualquier cultura y lugar del mundo. Convencer no a través del autoritarismo ni de la imposición; sino a través de la reflexión personal de los jóvenes. Tampoco se trata de ser permisivos, sino de enseñar que la libertad tiene límites que deben acatarse asumiendo las consecuencias de nuestros actos. Se trata de poner nuestro granito de arena en pro de la formación de una mejor sociedad, de un mejor país.

Ma. Del Rocío Avila Assad